Hablemos del Edadismo que sufren muchas personas mayores
El edadismo o discriminación por razón de edad, presenta a las personas mayores como desprovistas de valor para la sociedad “improductivas, frágiles e incapaces, especialmente en el contexto de una sociedad envejecida que enfrenta desafíos con respecto a su futuro demográfico y la sostenibilidad de sus sistemas de pensiones y protección social” y hace que la edad sirva como justificación suficiente para tratamientos diferenciados o exclusiones sin que ello se cuestione.
Hace cuatro años a Pepita le detectaron un cáncer de laringe. Después de realizar los tratamientos correspondientes, su voz quedó afectada. Algo que no afectó a esta jubilada para seguir manteniendo su vida social, manejando las redes social y en definitiva, manteniéndose activa.
No hace mucho, Pepita trasladó a MayoresUDP una situación discriminatoria que vivió en primera persona, tras intentar llevar a cabo una serie de trámites en una administración pública: “Lo pasé mal porque al tener dificultades para hablar, me miraban como si fuese algo raro, me sentí mayor y tonta”.
Casos como el de Pepita están a la orden del día y constituyen una discriminación por motivos edad.
El paternalismo, la infantilización de las personas mayores en distintos ámbitos, la marginación y la invisibilización de las aportaciones de las personas mayores a la sociedad. Estas son las principales situaciones edadistas a las que tienen que hacer frente muchas personas en nuestro país.
Así lo refleja, el informe La discriminación por razón de edad en España, presentado por HelpAge España esta semana, en la sede del Defensor del Pueblo.
Este informe señala cómo los estereotipos construidos en torno a lo que significa ser mayor, permiten justificar un tratamiento diferenciado en el ámbito social, en las políticas y el Derecho. Es decir, en muchas situaciones, las decisiones de la persona mayor no son tenidas en cuenta, son excluidas o se enfrentan a restricciones o límites a la hora de ejercer sus derechos o de acceder a bienes y servicios.
Cuando la edad cronológica se asocia a la pérdida de autonomía
Y son esas actuaciones en el día a día, como una mala atención por parte de un funcionario de la Administración al realizar alguna gestión telemática, como fue el caso de Pepita, o a la hora de intentar realizar un trámite en una entidad bancaria, por ejemplo. O a la hora de ir al médico o en una reunión con toda la familia. Actuaciones informales que dificultan que la voz de las personas mayores sea oída y tenida en cuenta.
Son incontables las situaciones en las que la edad cronológica se asocia a la pérdida de autonomía. Circunstancias en las que se justifica que a las personas mayores se les impida hacer cosas que antes hacían por ejemplo, considerar que tienen más dificultades para entender el mundo que les rodea y por tanto, tomar la decisión de protegerlas de ellas mismas, sin cuestionar en ningún momento que esa personas esté recibiendo un trato diferenciado y discriminatorio.
En este sentido, el derecho a una vida independiente de las personas mayores aparece reconocido en el artículo 25 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea y en el artículo 23 de la Carta Social Europea. Tal y como es formulado en el artículo 19 de la CDPD supone el derecho a decidir dónde y con quién vivir.
Según el ya citado informe, en España, las personas mayores se enfrentan a grandes obstáculos en relación con el ejercicio de este derecho lo que genera aislamiento.
Algunos de estos obstáculos derivan de los problemas de implementación del SAAD, pero también tienen que ver con la poca flexibilidad en la gestión de las prestaciones, entre las que parece priorizarse la atención residencial o los cuidados en el hogar.
Existen, además, barreras que afectan a la posibilidad de que las personas mayores accedan a los servicios de vida independiente.
Según la Organización Mundial de la Salud, el edadismo tiene efectos nocivos sobre la salud de las personas mayores. Se ha observado que el promedio de vida de las personas mayores que padecían o sufrían actitudes negativas con respecto al envejecimiento fue 7,5 años más corto que el de las que no tenían actitudes positivas.
Edadismos en nuestro día a día
Que se dirijan directamente a la persona acompañante cuando el o la paciente es mayor, es edadismo. Según el último informe sobre Edadismo, publicado por el Barómetro de MayoresUDP, a una de cada cuatro Personas Mayores, un médico, médica, enfermero o enfermera le justificó su malestar o dolencias como cosas de su edad. Sin explicarle adecuada y técnicamente su causa. Siendo esta la situación de discriminación más habitual en el ámbito de los servicios sanitarios.
Pero también lo es infravalorar las tareas de cuidados a los más pequeños de la familia como bien refleja el informe. Son muchas las abuelas y abuelos que están cubriendo una necesidad social a falta de más medidas y políticas de conciliación laboral y familiar, y que en muchas ocasiones se les atribuye como una obligación, algo que incluso pueden llegar a sentir, el llamado el síndrome del abuelo o abuela esclavo.
Asimismo, desde HelpAge señalan la jubilación como un momento clave que determina que las personas son consideradas socialmente como mayores. En ese momento, las personas jubiladas comienzan a experimentar una segregación de espacios y exclusión de espacio públicos, algo tan sencillo de identificar como la distinción de parques infantiles por un lado y por otro, áreas para que las personas mayores practiquen ejercicios.
Cambios normativos, políticas públicas adaptadas a la realdiad social y heterogenidad de las personas mayores
Entre las conclusiones y recomendaciones que se proponen en el recientemente presentado informe sobre “La discriminación por razón de edad en España ”, para el contexto español, destacan los cambios normativos y la adaptación de los planes, estrategias y políticas públicas a la realidad social y características de las personas mayores.
Entre ellas, se propone que en España se realice una intervención contra la violencia contra las personas mayores que tenga un enfoque integral y no exclusivamente punitivo, similar al de la Ley Integral contra la Violencia de Género.
También entre otras reformas, se propone una Ley de Igualdad de trato que incluya y proteja a las personas mayores frente a todo tipo de discriminación, modificaciones en el sistema de incapacitación .
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas Mayores
Este informe también recomienda la creación y desarrollo de una Convención internacional para los derechos humanos de las personas mayores como instrumento internacional para conseguir la plena protección de los derechos de un grupo de población, como es el de las personas mayores, creciente en el mundo y en España.
En este sentido, HelpAge y otras asociaciones y entidades que formamos parte de la Mesa Estatal por los Derechos de las Personas Mayores, como UDP, CEOMA, Cruz Roja, la Plataforma de Voluntariado España o la Plataforma de ONG de Acción Social, llevamos denunciando desde hace tiempo la vulneración recurrente de los derechos de las personas mayores y la necesidad de una Convención de Naciones Unidas para los Derechos de las Personas Mayores.
Desde la Mesa Estatal creemos que la Convención es necesaria por:
- La insuficiencia de los instrumentos internacionales vigentes, que no proporcionan protección universal e integral a más de 700 millones de personas mayores en el mundo y, en España, a casi la cuarta parte de la población.
- Las normas que protegen los derechos de las personas mayores están dispersas en diferentes convenios internacionales y regionales. Esta dispersión implica que los derechos de las personas mayores sigan siendo invisibles.
- Se desconoce incluso cómo se defienden en la práctica estos derechos y los instrumentos que existen para defenderlos.
En este sentido desde UDP recordamos y llamamos al Gobierno de España a liderar esta petición en el marco de Naciones Unidas, ya que España ha sido siempre un miembro activo y comprometido con la reivindicación y aprobación de los principales tratados internacionales de Derechos Humanos.
La edad no debe ser un condicionante
El edadismo es una problemática a la que desde las asociaciones de mayores como UDP ponemos el foco, con el objetivo diario de desnaturalizar las situaciones diarias donde nuestro colectivo en muchas ocasiones no es consciente estar sufriendo situaciones discriminatorias por razón de edad.
Desde el punto de vista asociativo, el colectivo de personas mayores no queremos ser “jarrones aislados” sino “vasos comunicantes”. Reivindicamos ser personas ciudadanas como las demás, sin que la edad sea un condicionante para nada.
En UDP estamos centrados últimamente para desterrar los mitos y estereotipos entorno a las personas mayores y que comprenden el conjunto de discriminaciones en función de su edad.
Recientemente, participamos en un encuentro intergeneracional para hablar de Edadismo con estudiantes de la ESO, de la mano del Paco Novo, trabajador social en UDP y Longines Lobato, coordinador del Grupo de Voluntariado UDP de Lugo.
Poder intervenir con un grupo de personas jóvenes resulta interesante desde el punto de vista de la libertad de prejuicios. Aún en proceso de formación cognitiva están más abiertas y receptivas a aceptar nuevos conceptos y madurarlos más objetivamente que las personas adultas. Y poder plantearlo desde la intergeneracionalidad le otorga un peso todavía mayor al interactuar directamente con las personas que lo sufren.
Al igual que se promueve la igualdad desde otros ámbitos, en UDP consideramos necesario hacer lo mismo desde el ámbito de las personas mayores, que sigue siendo el colectivo que arrastra el peso de la pasividad, la apatía, el no querer hacer, etc. Simplemente la imagen de la vejez como algo negativo.
En este sentido, las primeras Jornadas Internacionales sobre Malos Tratos y Abusos celebradas por UDP, también pusieron el foco sobre el Edadismo y la importancia que los medios de comunicación tienen en la prevención del maltrato a las personas mayores y su estigmatización.
Como en otras ocasiones y desde el marco del tercer sector de acción social, en UDP abogamos por una “carta de derechos sociales” de las personas (de todas las personas, sin distinción alguna, tampoco de edad) que sea respetada y cumplida en todos los territorios del país y en todas las administraciones públicas, cada una dentro de sus competencias. Buscamos promover una sociedad para todas las edades, inclusiva, diversa e igualitaria.

Fuentes:
- HelpAge.
- Mesa Estatal por los derechos de las Personas Mayores.
- OMS.