Edadismo
LOS MAYORES EN LA PANDEMIA
«Seguimos siendo un pilar fundamental desde nuestra Asociaciones de Jubilados. Algunas veces he querido plasmar el esfuerzo y la centralidad de las personas mayores. Hoy con la que está cayendo, tenemos el riesgo de arrinconar a un sector importante de la sociedad por la vejez».
Por José Agustín Arrieta,
presidente de AGIJUPENS- Asociación Guipuzcoana de Jubilados y Pensionistas. UDP Guipúzcoa
Ahora que muchos pueblos, desgraciadamente, están en la zona roja del Covid, así hemos estado casi un año es ese umbral invisible de población de riesgo.
Lo que me preocupa, junto a la situación sanitaria como la de la mortalidad, es que a las personas mayores se nos vea como personajes del pasado, lejos de la innovación y se les/nos juzga por lo que un día fueron y representaron con el “ha sido albañil, ingeniero, profesora, cocinera…”; ha sido… como si en el presente ya no fuera nada, como si no tuviera capacidad de hacer cosas todavía.
Sin lugar a dudas, a lo largo de estos últimos 10 meses los mayores hemos sido actualidad, pero no por la valía, sino por la desgracia del Covid-19 que ha causado más de 50 mil muertos en el Estado y más de 2 millones en el mundo. Antes la experiencia y el conocimiento eran un valor, ahora parece en la postmodernidad que predominan otros valores como el ser joven, la competencia, lo efímero, la velocidad, la digitalización…
Y así, existe el riesgo social de discriminar por edad a un sector importante de la sociedad. Creo que este es un lado frágil de la vejez, porque nuestros mayores, nuestros abuelos están ahí al píe del cañón de la calle con sus reivindicaciones, siendo solidarios con la familia, cuidando a sus nietos y siendo un aporte positivo.
Seguimos siendo un pilar fundamental desde nuestra Asociaciones de Jubilados. Algunas veces he querido plasmar el esfuerzo y la centralidad de las personas mayores. Hoy con la que está cayendo, tenemos el riesgo de arrinconar a un sector importante de la sociedad por la vejez.
Es urgente ir creando los fundamentos de una sociedad donde quepamos todos sin discriminación por razones de edad, donde los mayores sientan la satisfacción de amar y ser amados, como el resto de los ciudadanos, sin que haya prejuicios que se lo impidan; entre todos podemos cambiar la idea del envejecimiento y llegar así a una concepción de la vejez digna, que haga de ella no más ni menos que una etapa en la vida de los hombres y mujeres con nuevas posibilidades.
El logro de un aumento en la expectativa de vida debe ir acompañado de una mejora en la calidad y de una cada vez más satisfactoria inserción social. Los mayores no somos paquetes amortizados. Tenemos que seguir siendo lo que somos, luchando y apoyando a la gente y predicando con el ejemplo.
Necesitamos vivir y crecer en un mundo para todas las edades. Menos edadismo y mayor conocimiento del envejecimiento.
El saber envejecer supone:
- Un plus de salud, de más cuidado, no hacer de la edad una excusa para la resignación.
- Seguir cultivando la cultura del saber y del conocimiento.
- Cuidar las relaciones inter-personales con mucho y buen trato. Por aquí quieren seguir caminando las Asociaciones Locales de los Jubilados, aunque ahora estemos un poco inactivos por el Covid-19.