Víctor López García fue un gran compañero de UDP Madrid, que compartía con todos nosotros sus conocimientos y con el que hemos vivido tantas cosas.
Teníamos una gran admiración a una persona muy culta y a su sabiduría, destacando siempre por su gran curiosidad ante los avances de las nuevas investigaciones, lo que le lleva a la formación continua para estar siempre por delante y ser actual y novedoso.
Todo lo anterior es aderezado por el entusiasmo con el que lo hacía todo. Estas cualidades le convertían en una persona muy especial y siempre fue un joven de muchos años. Víctor López Garcia era médico gerontólogo, experto en el estudio del envejecimiento y en el cuidado de las personas mayores con formación en Alemania y España, donde también fue profesor. Su amplia lista de publicaciones incluye artículos médicos de divulgación y de libros de autoayuda.
Víctor fue miembro de la Asociación Española de Geriatría y Gerontología, de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas y miembro de UDP Madrid.
Era un incansable escritor y productor de ideas. Desde el cuidado de la salud escribe artículos médicos de divulgación y libros como por ejemplo “Longevidad extrema: un desafío existencial” donde se describen las innumerables posibilidades, recursos y oportunidades de las personas muy longevas. Recomendamos su lectura amena e instructiva.
Juntos lideramos el proyecto del Decálogo Intergeneracional LideA “Diez compromisos de la sociedad para favorecer y mejorar las relaciones intergeneracionales” del que nos sentíamos tan orgullosos.
Nada acaba, nada termina, nos queda toda su obra escrita que junto con su recuerdo sigue estando presente en nosotros y seguirá como modelo en las generaciones presentes y futuras.
Nos despedimos del amigo, como él lo haría con este poema “El viaje definitivo” de Juan Ramón Jiménez, con el que finaliza su libro “Longevidad Extrema”. Grupo Editorial33:
“Y yo me iré.
Y se quedarán los pájaros cantando;
Y se quedará mi huerto con su verde árbol, y con su pozo blanco.
Todas las tardes el cielo será azul y plácido, y tocarán como esta tarde están tocando, las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron; y el pueblo se hará nuevo cada año.
Y, en el rincón aquel de mi huerto, florido, encalado; mi espíritu errará nostálgico…
Y yo me iré;
y estaré solo,
sin hogar;
sin árbol verde,
sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.”
Informa: Asociación Provincial de Mayores y Pensionistas -Madrid